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Balada del guardafrontera-año 1980
Unas nubes de polvo, en el alambre colgadas, se secan.
A las ocho estoy en mi puesto de guardia. Con mi metralleta,
cargada de muerte. Defenderé la alambrada entera
por el honor de mi pueblo. Por el honor de la charretera.
Al primer canto del gallo, al anochecer-a la vela,
no dejo a ninguna persona pasar por mi lado sin verla.
Si alguien quiere cruzar la frontera, le grito que pare,
si sigue corriendo hacía la tierra griega-disparo.
Es lo que decían el orden, la ley militar. Así era
si un “traidor” acercaba alguna de nuestras fronteras.
Por treinta inviernos estuve callado. Hoy ¿qué os diría? ...
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